ERES TAN FEO QUE...

… quisiste suicidarte saltando al vació y ya estaba lleno
… te tienen que colgar un trozo de carne al cuello para que jueguen contigo los perros
… chupas el limón, y el limón te hace muecas
… para quitarte el hipo te miras al espejo
… para entrar en las discotecas te piden la huella digital por que no saben si eres persona o animal
… te pillo un coche y quedaste mejor
… te caíste de espaldas y te golpeaste en la frente
… en vez de ir al zoo te vienen a ver a casa
… cuando jugabas al escondite la gente no te buscaba
… tu madre no te daba de comer por que te quería solo como amigo
… cuando mueras te van a tener que recubrir de mortadela para que te coman los gusanos
… la única vez que te silbaron te pillo el tren
… cuando mandaste tu foto por e-mail la detecto el antivirus
… cuando el medico te vio al nacer dijo, si no llora es un tumor
… fuiste a un concurso de feos y dijeron que no aceptaban a profesionales
… escojiste de profesión prostituta y te moriste virgen
… tu madre en lugar de darte el pecho te daba la espalda
… en carnaval fuiste a comprar una careta y te dieron solo la goma

tu mamá no sabía si quedarse contigo o con la placenta.

Como eras prematuro te metieron en una incubadora... con vidrios polarizados.

tu madre nunca te dio pecho, te daba la espalda.

Es por eso que debes haber quedado petiso, tan petiso que en lugar de ser enano, eres profundo.

tu siempre fuiste muy peludo. A tu madre siempre le preguntaban:
"Señora, a su hijo ¿lo parió o lo tejió?"

Pronto te diste cuenta que tus padres te odiaban, pues tus juguetes para la bañera eran una radio y un tostador eléctrico.

Eras tan feo que cuando jugabas al escondite nadie te buscaba.

Eras tan feo que te exhibían en una feria por teléfono.

Eras tan feo que hacías llorar a las cebollas.

Eras realmente flaco: para hacer sombra tenias que pasar dos veces por el mismo sitio.

Pero tu problema no era ser tan flaco sino ser FEO.

tus padres tenían que atarte un trozo de carne al cuello para que el perro jugara contigo.

Eres tan feo que un día tiraste un boomerang y éste no regresó nunca.

Cuando te secuestraron, los secuestradores mandaron un dedo tuyo a tus padres para pedir recompensa.

Un día llamó una chica a tu casa diciéndote: "Ven a mi casa que no hay nadie". Cuando llegaste no había nadie.